Que la ropa que decides ponerte al salir de casa es un reflejo de tu forma de ser, personalidad y carácter es un hecho. Pero, y que hay detrás de esa camiseta, esos vaqueros, esa gorra o ese chándal, porque quizá para ti suponga una declaración de intenciones y sin embargo, el origen del estilo que has elegido signifique algo totalmente distinto. Al fin y al cabo, puede que no importe demasiado este origen, lo que sí es una realidad es que a lo largo de los años los estilismos y las formas de vestir siempre han sido una forma más tanto de arte, como de expresión, que al fin y al cabo una es consecuencia de la otra y viceversa.


Y, es que no significaba lo mismo vestir Polo o Tommy en el sur del Bronx, que en los clubes sociales de los Hampton, porque a pesar de tratarse de las mismas marcas aunque en distintas personas, el impacto social y la intenciones eran totalmente antagónicas. Esto es algo, que a cualquier persona con cierto interés por los movimientos y la cultura de las prendas textiles, no debe coger por sorpresa, ahora bien, algo por lo que pondría la mano en el fuego y de lo que no tengo duda, es que cualquier amante tanto del hip hop como de las marcas es del movimiento que marcó un antes y un después en el mundo underground desde principios de los ochenta a mediados de los noventa, el conocido como Lo-Life Término, derivado de la marca Polo Ralph Lauren y surgido en las zonas marginales de Nueva York. A grandes rasgos, este término definía un estilo de vida, una forma de expresarse, una declaración de intenciones…, en definitiva, un desmarque y un mensaje a la sociedad.