La historia de amor entre la música y las marcas de ropa es de sobra conocida por todo el mundo, una relación que une un diseñador, un cantante, un productor y/o un costurero, en infinidad de ocasiones ambas disciplinas se han retro alimentado y enriquecido con el fin de crear un producto artístico que trascendiera más allá de lo superfluo y se convirtiera en algo más profundo, algo ICÓNICO, algo ATEMPORAL.
En numerosas ocasiones a lo largo de la historia hemos sido testigos de acontecimientos que han supuesto un antes y un después para algunas marcas, o por el contrario para algunos artistas, cuyo factor de conexión ha sido la estrecha relación entre música y marcas.
Ya con la explosión del hip hop en Nueva York a principios de los 80 y el crecimiento de todas sus disciplinas, una de las marcas deportivas más famosas del momento que hasta ese momento se asociaba directamente con estrellas de fútbol, comenzó formar parte del vestuario de B-boys, DJs y MCs en las fiestas ilegales del Sur del Bronx, estamos hablando de Puma. Y es que era muy común, además del bucket hat de Kangool, lucir tanto pantalones puma como unas míticas Puma suede a juego.